A veces es triste, recordar algunas frases dichas en el pasado, que te han hecho llorar en ese pasado, y que te siguen produciendo el mismo efecto, e incluso peor, cuando las recuerdas en el presente. Ese efecto es el que me ha venido provocando, lo que dijo una sabia francesa en su momento: “Cuando se vive lo suficientemente largo, se descubre que toda conquista se convierte en derrota…” A medida que los años me han venido cubriendo y llenando, el acierto de esas palabras, no ha dejado de retumbar en mis oídos humedeciendo mis ojos… Y es que, al observar la realidad de nuestra historia, no hago más que descubrir esas grandes conquistas que se convierten también en grandes derrotas…
En el pasado, unos humanos como nosotros, aunque de color de piel y facciones diferentes, salieron de su continente, Europa, llegaron al nuestro, África, y nos aplicaron la “dura represión” que se conoce como, esclavitud. Se luchó para acabar con ella. La lucha llevó a la victoria, a la conquista, que significó su fin. Pero esta victoria no tardó en convertirse en otra derrota y “dura represión”, denominada colonialismo. Me he querido imaginar siempre, la concepción que cada grupo tenía del otro. Los dominadores o represores de ambas épocas y momentos, debían considerar a sus reprimidos o dominados, como simples animales, no seres humanos. Los reprimidos o dominados por su parte, debían ver a los otros, como puros o verdaderos “bemama (monstruos) humanos”.
Se luchó para vencer a la represión del colonialismo y se la venció, alcanzando por fin la conquista de las independencias, es decir de las libertades. Desde esta conquista, todos los negros africanos deberíamos saltar cada día de alegría por esta conquista conseguida. Pero no está siendo así. Las alegrías y sonrisas por la conquista, se han venido convirtiéndose en cada momento, en ríos de lágrimas por las sucesivas derrotas… Lo aún muy triste es que, muchas de estas continuas derrotas las van causando, los propios hermanos del pueblo, del país o del continente. Éstos se han contaminado por completo de genes de “bemama humanos”, y transformados como tales. Estos “bemama humanos negros”, tienen la misma concepción de sus hermanos de raza, pueblo, país y continente, que dominan, que tenían y tienen de todos nosotros, sus colegas de color de piel y continente diferentes…
En nuestro Camerún natal, muchos de sus gobernantes del momento y del lugar, convertidos en “bemama humanos negros cameruneses”, nos identifican, a sus propios ciudadanos, exactamente igual, como lo hacían los “bemama humanos blancos” en el pasado. Es decir, somos unos “simples animales”. Por lo que se nos aplica el mismo trato que los “bemama humanos blancos” nos imponían en el pasado, y lo siguen haciendo en el presente. Sólo que, en este presente, lo hacen con la ayuda y contribución directo de los “bemama negros y cameruneses…”. De allí la profunda tristeza e impotencia que sentimos algunos que seguimos conservando esos verdaderos “genes” humanos, por los que somos considerados como “simples bestias o animales”.
En el pasado, cuando un “emama blanco” le interesaba una extensión de terreno o cualquier cosa, sean de quienes sean sus dueños, se apoderaba de ella, sin importarle el daño que causaba a éstos. Y no importaba nada, porque los dueños no eran sino, unos “simples animales”. En nuestro Camerún natal actual, esos “simples bestias o animales”, venimos sufriendo los efectos causados por los “bemama humanos negros cameruneses”.
En este preciso momento, un pueblo entero, Bongahèle, de nuestra región de Kribi, sus habitantes, en su calidad de “simples animales”, están en llantos continuos, porque unos “bemama humanos negros cameruneses”, se han apoderado de centenares de hectáreas de sus terrenos, alegando la instalación de un monumento que dicen, simbolizará la “Madre de la Humanidad”. Una “Madre de la Humanidad” en hierro, o de lo que sea, que, lo primero que quiere hacer, es aniquilar la existencia de “sus verdaderos hijos humanos” para su instalación.
Y es que, nuestro Camerún natal, es así. Hace unos años, lancé un grito de socorro al mundo pidiendo ayuda para nuestra región de Kribi. Los “bemama humanos negros cameruneses”, idearon un proyecto de la construcción de un “puerto en aguas profundas” en la zona. En su construcción, el puerto pasó a ser más de “tierras profundas”, que de “aguas profundas”. Nuestros represores, “bemama humanos negros cameruneses”, se apoderaron de kilómetros y kilómetros de tierras, expulsando a sus dueños. En ese puerto de aguas profundas, ya vemos flotar barcos, mientras que en el “puerto de “tierras profundas”, no se ve flotar ningún barco, pero sí, edificaciones de sus nuevos propietarios… ¡Mam´enying…! (Cosas de la vida).
Mi grito de socorro que lancé aquella vez, no se escuchó en ninguna parte del mundo, lo mismo que los llantos de mi gente, esos “simples animales” que somos y lanzamos. Por eso hoy, vuelvo a lanzar este grito de socorro y de desesperación al mundo entero, para que los verdaderos seres humanos que quedan en este mundo nuestro, acudan a ayudar a mi región de Kribi, y al pueblo de Bongahèle, por la que nos está pasando. Ayudadnos a dirigirse al presidente de nuestro país, Paul Biya, para que haga todo para frenar este abuso despiadado de sus “bemama humanos negros cameruneses”, sobre las tierras de Kribi, y ahora en particular, de Bongahèle. Ningún proyecto para el bienestar o el desarrollo de una sociedad, debe significar la destrucción y desaparición inmediata de pueblos enteros y de sus nativos…
Ciudadanos del mundo, el “virus” que contamina los genes humanos y los convierte en “bemama humanos”, es una verdadera pandemia incurable e indestructible para el mundo entero. No tiene raza, ni fronteras… Ataca a todo el mundo y en todo momento, sin hacer distinción alguna, aunque se crea lo contrario… Como sabemos todos, la civilización científica materialista, basada en dinero, no hace sino avivar ese “virus” y la pandemia que causa. Y todos sabemos que, esa civilización viene dominando el mundo desde hace siglos.
Pero, los humanos que seguimos creyendo que un mundo mejor es posible, debemos luchar, apoyarnos unos a otros como sea, para evitar que ese malvado “virus” que convierte a los humanos en “bemama humanos”, acabe contagiándonos a todos. La solidaridad entre seres humanos, es el único “antídoto o vacuna” posible, que creo que nos queda para mantener el equilibrio y la autenticidad del verdadero ser humano en el mundo.
Por eso, una vez más, grito rogando a esos verdaderos seres humanos que hay en el mundo, que nos dirijamos de cualquier manera y medio pacifico, al presidente de Camerún, Paul Biya, para que tome medidas y pare a sus “bemama humanos negros cameruneses”, y dejen de hacer lo que hacen en nuestra región de Kribi y el pueblo de Bongahèle en particular, apoderándose de sus terrenos, destrozando, su selva, su mar y sus ríos, en nombre del progreso… Ellos ya son “bemama humanos”, pero los verdaderos seres humanos que quedan, necesitan de su ambiente y vida natural.
¡GRACIAS A TODO/AS!
Inongo-Vi-Makomé
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